Serie ¡Cuídate de no cuidarte! Mis emociones

Joven cristiano

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Este es la segunda entrada de nuestra serie sobre cuidarnos y, después de hablar sobre el cuidado del cuerpo, queremos entrar en una parte de nuestro ser, de nosotros como persona, que puede llegar a ser muy frágil pero que si cuidamos bien será una gran fortaleza: el alma, nuestras emociones.

Así es, cuando vamos a hablar del alma, como parte de cada uno de nosotros como personas, vamos a entrar a hablar sobre nuestras emociones. El alma es todo lo que nos define como personas: nuestras emociones, carácter, temperamento, en fin, nuestra personalidad. Hoy nos vamos a enfocar en el cuidado de nuestras emociones, aunque cabe decir que guardar nuestro carácter es muy importante, pero eso será tema para otra entrada.

En el contexto de nuestra serie queremos enfocarnos en el cuidado de nuestro corazón. El cuidado de nuestras emociones.

Cuidar nuestras emociones, partiendo de nuestros pensamientos

Algo que aprendí sobre las emociones es que son afectadas directamente por nuestros pensamientos. Lo que pensamos afecta lo que sentimos y lo que sentimos se refleja directamente en lo que decimos y hacemos. ¡WOW! Hay mucho por lo que es muy importante cuidar nuestros pensamientos porque afectan mis emociones y éstas a mi forma de vida.

Muchas veces nos enfocamos y luchamos con no sentirnos tristes, deprimidos, bravos o cosas así, pero la verdad es que la clave está en encontrar los pensamientos que están detrás de estos sentimientos. Encontrar esa raíz que dispara mi tristeza es el primer paso para comenzar a entender cómo salir de una depresión. Es por esto que lo primero que debemos revisar a la hora de cuidar nuestras emociones es la forma de pensar que estamos teniendo. El cuidado de nuestras emociones comienza por el cuidado de nuestra mente.

¿Cómo cuidamos nuestras emociones cuidando nuestra mente? Puede parecer complicado pero en realidad es más sencillo de lo que parece. Nuestros pensamientos están directamente relacionados con los que leemos, escuchamos, hablamos y vemos. Entonces, si por ejemplo, estás luchando con una tristeza profunda o depresión es importante que cuides el tipo de música que escuchas pues si son tristes te van a llevar a una mayor tristeza; igual que las conversaciones que tienes porque si hablas con personas que sólo te llevan a hablar de temas tristes y deprimentes, van a enfocar tu mente en este tipo de pensamientos. Si el tema de la tristeza viene porque terminaste una relación, pues es importante que no escuches rancheras de despecho o canciones que hablen de traición y desamor. Busca contenido alegre y rodearte de personas que te lleven a pensar en cosas que te hagan crecer. La Biblia dice que «la dulzura de la amistad fortalece el ánimo» (Prov. 27:9), entonces, busca amigos que te endulcen, no con alcohol, sino con una compañía genuina.

Si la lucha que tienes es con temor a la muerte, no veas películas de terror o de persecución y asesinatos; si estás luchando con pensamientos suicidas, no leas ni veas historias de muerte.

Ahora bien, mi mejor consejo para renovar completamente tu forma de pensar es leer la Biblia constantemente y rodearte de las personas que sean un ejemplo de lo que quieres vivir. La Biblia está llena de verdades que te ayudarán a identificar pensamientos que afectan tus emociones y a evitarlos. Y las amistades que tengas son lo que vas a reflejar en tu día a día pues terminamos pareciéndonos a las cinco personas más cercanas.

Para cuidar las emociones, hay que cuidar el corazón

Ya venimos hablando de la importancia de examinar nuestros pensamientos y cómo estos están directamente relacionados con lo que leemos, vemos, escuchamos y hablamos. Cuidar el corazón va muy de la mano con esto porque todo lo que recibamos va a terminar afectando nuestras emociones.

Cuidar el corazón es identificar las relaciones que me afectan por lo que me dicen o como me tratan; también es cuidar con quién comparto lo más preciado de mí, mis secretos, no a cualquier le puedo dar mi corazón pues puedo terminar realmente afectado por no saber cerrar mi boca lol

El descanso y el ejercicio influyen en nuestras emociones

Cuando hablamos del cuidado del cuerpo hablamos del descanso y del ejercicio sin extremos. Pues bien, estos dos hábitos también son super influyentes en el cuidado de nuestras emociones.

Es que cuando no tomamos con regularidad tiempos de descanso ni comemos balanceadamente, no sólo se agota nuestro cuerpo sino que también lo hace nuestra mente, lo que, como ya hemos hablado, termina influyendo a mis emociones. Muchas veces los sentimientos de frustración o desánimo se dan porque realmente estamos agotados y necesitamos tomar un descanso, comer bien y recobrar fuerzas para seguir adelante. Pruébalo un día y te vas a dar cuenta que muchas veces lo único que necesitas es una buena comida y un buen tiempo de verdadero descanso para superar un momento en el que emocionalmente no te sientas fuerte.

Serie ¡Cuídate de no cuidarte!

Lee sobre el cuidado del cuerpo y del espíritu en las siguientes entradas del blog

Cuídate de no cuidarte: El cuerpo

Cuídate de no cuidarte: El espíritu

Serie ¡Cuídate de no cuidarte! El cuerpo
3 tips de liderazgo y una ñapa (Encime)

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