La Biblia tiene más de 2.350 versículos que hablan sobre el manejo del dinero y 16 de las 38 parábolas de Jesús son acerca del dinero.
En ocasiones, cuando compartimos a otros sobre nuestra relación con Jesús, evitamos tocar el tema del dinero y el diezmo, pues los malos testimonios de personas que se aprovechan financieramente de la Fe de otros han hecho que se estigmatice el tema de las finanzas en el cristianismo. Es más, hay lugares en donde hablar de dinero parece algo diabólico, como si estuviera fuera del contexto cristiano, y terminamos siendo cristianos que sacamos a Jesús de nuestras finanzas.
Pero eso no es lo que Dios nos ha enseñado. Por el contrario, el manejo de las finanzas tiene un trasfondo espiritual muy fuerte; las finanzas son un asunto espiritual ¿En serio? ¡Claro que sí! Si quisiera ser muy resumido, podría decir que cuando no involucramos a Jesús en el manejo de nuestras finanzas terminamos cometiendo errores que nos llevan a fracasar.
Alguna vez un amigo me escribía, con respecto a este tema, que las verdaderas riquezas están en el cielo y que Dios no era un método para ganar dinero sino que nuestra relación con Él debía depender del amor y no del oro. En parte estoy de acuerdo con esto, nuestra relación con Dios no se puede basar en las riquezas materiales que tengamos. Sin embargo, es importante diferenciar entre administrar bien lo que Dios nos ha proveído y lo que amamos con todo nuestro corazón. Por eso, le respondía a mi amigo que no hay que amar el dinero pero sí administrarlo bien, pues no hacerlo trae esclavitud financiera y Jesús quiere que seamos libres.
Algunas enseñanzas bíblicas sobre el dinero
Jesús vino a traernos libertad en todas las áreas de nuestra vida, en todas. No podemos quedarnos con libertad en ciertas áreas y en otras no sólo porque creamos que el tema del dinero sea demasiado banal. En realidad, nuestras finanzas son un asunto espiritual y deben ser tratadas como tal. El diezmo es la base de esa administración, es por donde comienza el orden. Pero de ahí en adelante están normas espirituales y enseñanzas bíblicas que debemos aplicar en nuestra vida financiera.
Contentamiento para evitar deudas
Algunas de estas enseñanzas básicas es alegrarse con lo que se tiene, sin que esto se vuelva conformismo ni mediocridad. Pablo decía que él se regocijaba en lo poco y en lo mucho porque su felicidad no dependía de las cosas materiales. En ocasiones, creemos que por no tener todas las cosas materiales que deseamos no somos felices y caemos en la trampa del crédito de consumo. Una enseñanza básica para administrar bien su dinero es medir cuál su verdadera capacidad de consumo para luego sí consumir y no hacer lo que se nos ha enseñado desde los bancos: consuma que después vemos cómo paga.
En este sentido, tenga en cuenta que cuando usted le debe algo a alguien parte de lo que usted es ahora dependerá de esa persona, llámese banco o prestamista, pues ahora ya no es libre de usar sus ingresos sino que tendrá que apartar cierta parte para esta persona. Usted ha comenzado a dejar de ser libre. El problema se agrava cuando se da cuenta de que lo que ha comprado no es suficiente y entonces necesita endeudarse más para comprar más.
El presupuesto trae orden
Asimismo, Dios nos ha enseñado que es un Dios de orden. Muchas personas no conocen sus gastos, y por tanto desconocen su capacidad de consumo, lo que los lleva a siempre tener un descuadre en sus finanzas.
Sin presupuesto voy ciego en mi vida financiera
He escuchado a personas que me dicen que no saben en qué se han gastado el dinero y que el mismo no les rinde como debiera pero que cuando comienzan a identificar los gastos que tienen encuentran que ahora su dinero rinde más ¿Por qué? Porque la verdad nos hace libres y saber en qué y cómo se está consumiendo el dinero de nuestros bolsillos, trae libertad. Ordene sus gastos, conózcalos y sepa qué puede y qué no puede comprar. Esto lo llevará a tener menos necesidad de crédito para consumir, lo que se traducirá en menos cuotas que pagar y en mayor capacidad de ahorro. En resumen, haga un presupuesto.
Sea generoso
Por último, aunque podría seguir escribiendo enseñanzas bíblicas acerca de la administración del dinero, está la generosidad. Así es, una de las reglas para administrar espiritualmente sus finanzas es ser generoso. Dios bendice a las personas que bendicen a otros y que no sólo piensan en sí mismos. Él da a quien sabe que va a dar. Por eso, cuando usted es generoso recibe más de lo que da, y no sólo materialmente, sino que su corazón se podrá mantener libre de amar al dinero, pues quien lo ama, difícilmente lo comparte. Piénselo, si a usted le duele pagar una cuenta con sus amigos es porque ama más al dinero que sus amigos.